Apartado – Bandas Sonoras Originales
¡Saludos!
Aquí estamos de nuevo en la sección y esta vez con más curiosidades.
En esta ocasión hablaremos del fenónmeno mundial, el meme, la bomba rosa… (y aparte de que ya os he hecho un omega spoiler en el título de la publicación) efectivamente, del fenómeno Barbenheimer, que tanto ha dado de que hablar estas últimas semanas. ¡Vamos allá!
¿Nos estamos aburriendo?
Las bandas sonoras son una parte fundamental en el cine como ya sabemos todos, y es que después de la pandemia, las salas de cine parecían destinadas a desaparecer, entre los espectadores que preferían esperar al estreno en streaming, la fuente inagotable de películas clones, la saturación de mercado de los superhéroes… pero luego hay momentos en los que se recupera la esperanza.
Barbie y Oppenheimer han conseguido llevar al cine 3 y 2 millones de personas respectivamente en las primeras semanas, aumentando el número de espectadores y recaudación enormemente a las alturas de mes en las que estamos… ¡las salas se siguen llenando!
Dos bandas sonoras, un fenómeno
En la actualidad, las bandas sonoras continúan creciendo y evolucionando, de forma muy diversa. Desde orquestas sinfónicas hasta música electrónica, rap, rock, las bandas sonoras son el puente perfecto entre el espectador y la película.
Son tan importantes porque por ejemplo un compositor/artista que presente su música en una película, va a exponerse a millones de visionados en todo el mundo, si la película triunfa más oportunidades hay de que lo haga el artista también.
Además la música mueve mucha gente, si la banda sonora es buena y gusta, eso atraerá gente al cine a su vez. La música crea un vínculo emocional entre la película y la persona, si la música está perfectamente sincronizada con la escena y se mueve acorde, eso construye el momento, el suspense, la emoción, que es lo que define una buena experiencia cinematográfica, gracias a la música.
Aquí todo si es de color de rosa
Aunque Barbie no es un musical, no al menos en el tradicional concepto de musical, la directora Greta Gerwig en una entrevista dejó saber las hasta 29 películas que la inspiraron para esta.
Esta película como muchas otras se ve beneficiada de lo que se conoce como «realidad aumentada a través de la música», donde se ve puede apreciar cuando se introduce Barbieland mientras suena Pink.
La música no es solo una apertura ya que la letra misma describe lo que se está viendo, y los propios personajes también se hacen partícipes de ello.
Parte de la gracia y la magia de esta banda sonora, es que pareciera que la música viaja no solo desde la película hacia los espectadores, sino también en el otro sentido. Las Barbies y los Kens son partícipes de la música, la escuchan y participan en ella como intérpretes.
Se nota cuando al viajar al «mundo real» la banda sonora cambia de música pop descriptiva a una banda sonora más corriente, y los personajes dejan de «escuchar» la música y participar en ella.
La música de Barbie es un perfecto ejemplo de como la banda sonora puede ensalzar una película antes de que se estrene, contando con artistas como Dua Lipa, Nicky Minage y Billie Eilish.
Aparte de la bomba de marketing y el dineral invertido en publicidad en una ingeniosa campaña, la banda sonora también sirve como parte de la narración, haciendo uso aún más si cabe de los recursos musicales que ya hay.
Esto es la bomba
Siendo también una película de exceso en su propia manera al igual que Barbie, Oppenheimer opta en su banda sonora por una aproximación más clásica de la música.
Orquesta con fuerte presencia de cuerdas, especialmente violin en contraste con efectos de ordenador y sintetizador que te llevan dentro de la escena… «Robert, ¿Puedes oir la música?»
La música que refleja el tono general de la película, se presta a dejar espacio y silencio durante las conversaciones para que podamos prestar la máxima atención con una sensación inquietante, pero en contraste también puede llegar a saturar la atmósfera cuando se tensa la escena y la conversación hasta llegar al máximo de la ansiedad posible.
Siguiendo las instruccion es del director Christopher Nolan, el compositor Ludwig Göransson compuso la banda sonora usando el violin como el instrumento principal. Según comentarios del compositor «Esencialmente, en lo que pienso que Chris(Nolan) estaba interesado era en como puedes tomar un violin y crear el más romático e íntimo sonido en solo un segundo, y después en un abrir y cerrar de ojos cambiar el tono y el vibrato para convertirlo en algo neurótico y horrorífico.»
Si de por si la trama no fuera suficiente, dejando caer todo el peso en conversaciones entre militares y científicos llevando la tensión de la época de una importante y terrible decisión sobre un futuro nuclear, así como los desoladores paisajes desérticos o los laboratorios donde se tiene lugar gran parte de la película.
Y justamente esto tenemos en la película, una banda sonora que te lleva a los extremos cuando el guión y el momento lo requieren, ensalzando la narrativa, cambiando el estado de las personas, dejando a los espectadores en un estado de contemplación absoluto, y todo esto sin que nos demos cuenta de que es la música la que lo consigue.
Notas🎵🎵finales
Tanto Barbie por su elenco de artistas más allá de los propios actores, y Oppenheimer, por la confianza que genera un director como Christopher Nolan, se han visto beneficiadas.
Y no queda de más decir, que esa batalla cultural de Barbie contra Oppenheimer ha sido llevada de forma muy inteligente entre ambos estudios, encauzándolo como una experiencia conjunta, más que como una guerra de rivales. De repente, el querer formar parte de la conversación ha hecho que queramos ver ambas partes.
Como siempre, se agradece que el cine y la música continúen atrayendo a gente a este mundo tan increíble.
¡Nos vemos en la siguiente historia!
Portada por @ikevinadams