Queridos filmlovers,
Bienvenidas/es/os una vez más a la sección de cine de Arto&Claro. Espero que hayáis pasado una semana más o menos livianita -sobre todo con el puente a ráfagas que hemos pasado-. Ya estamos a un pasito de tortuga para caernos en picado a las festividades navideñas. Cosas buenas: ¡vacaciones! ¡comidas! ¡regalos! -para les afortunades-, ¡frío!; cosas malas: byebye dineros, oleadas emocionales familiares, a veces buenas y a veces no tan buenas, ¡capitalismo exacerbado! ¡frío de nuevo!
– Mer, ¿qué diçê quiya? Çe te êttá yendo la flapa. – Lo siento, soy un poco Grinch, los que me conocen sabrán. |
QUE, POR CIERTO: HE AQUÍ UN MINI DATO RÁNDOM
Estaba yo hace algo más de un mes, así como taciturna, intentando compaginar un horario de vida -de vértigo entre los quehaceres rutinarios- con el maravilloso Festival de Cine Europeo de este año, intentando no escoger sesiones con películas demasiado… cómo decirlo… experimental-oníricas-nanahechacinta-demásdedoshoras para la entresemana, y entonces voy y me encuentro de bruces con Reyes contra Santa (2022), de Paco Caballero.

Me sorprendió porque a pesar de un gran SÍ SOY muy Grinch, entre el elenco están Karra Elejalde, Eva Ugarte o David Verdaguer -vamos, no es que sean mis actores/actrices favoritos, pero yo qué sé, me llamó la atención-. Sé que a continuación pega que escriba que me metí a verla, pero la verdad que había otras más interesantes. SIN EMBARGO, ya la he visto, hace unos días, de hecho. Para no enrollarme voy a destacar una cosa -para no hacerle sangre, aunque lo merezca un poco-; y una conclusión:
- Cosa: Me sorprendió que la figura antagonista fuera el Krampus. Imagino que, aunque los principales son los Reyes Magos, el conjunto de seres mágicos navideños que engloban la narrativa de la película es internacional, y por ello han elegido a uno de los seres más aterradores antitéticos a la Navidad. Esto -y mi obsesión por la mitología y el folclore-, han abierto una pequeña brecha de interés en mi cabeza sobre este tipo de personajes navideños en las diferentes culturas, así que bueno, ya os contaré.
- Conclusión: Vedla en un día que no tengáis ganas de ver una película que requiera un poco de vuestra atención y energía crítica, porque es un poco como cuando se queda con amigues y se pone una película mala de fondo mientras hay juegos de mesa, pizzas y alguna que otra sustancia festiva -destilada o no- que no viene al caso.
Total, dicho esto… ¡Vamos al lío!
¿Por dónde empiezo?
Realmente esta publicación es una especie de secuela del post anterior -que os recomiendo que leáis si aun no lo habéis hecho, marranes-, pero también una precuela de la que vendrá en enero. Hoy vamos a hablar de… tachán, tacháaaan…
LA TEORÍA DEL COLOR EN EL CINE
En el post anterior os dije que lo mismo ponía de ejemplo The handsmade’s tale para hacer el análisis, pero, como siempre, voy a hacer un poco lo que me de la gana. Hace un mes estaba con hype porque me acabé la última temporada, pero ya se me ha pasado, así que voy a improvisar un poco sobre la marcha, aunque en este tema la serie es bastante potente, así que algún fotograma caerá.
El tratamiento del color en las obras audiovisuales es uno de los elementos más significativos porque, a pesar de que no solemos ser conscientes de ello, al ver una película, una serie o incluso un anuncio, y según el color predominante de los mismos, penetra y se instala en nuestro cerebro, en nuestra psique, guiándonos a diferentes sensaciones (a gusto de la creadora/creadore/creador). Suena como muy turbio, pero en realidad es un tema muy interesante. Y como siempre digo, tratar este tema en un solo post es casi como un insulto, pero voy a dedicarme a hacer una pequeña síntesis de las ideas principales y, como sé que os puede interesar de más, un recorrido por los principales colores y sus características psicológicas.
Vamos allá
¿Qué es la teoría del color?
Voy a saltarme la teoría técnica sobre cómo funciona la luz y, por ende, los colores y voy a ir directamente al grano, aunque si os interesa tanto que no podéis vivir sin esta información, podéis revisar este post (entre los muchísimos que existen), y si queréis documentos más fundamentados, os recomiendo el libro Color en el arte y el diseño de Laura Perryman.
Los estudios en torno al tema del color se remontan muchísimo tiempo atrás, en la Antigüedad, con Aristóteles como abanderado y su trabajo sobre el sentido y lo sensible (allá por el siglo III a.C. aproximadamente), donde describía el progreso de siete colores para conectar con el blanco y el negro; también podemos pasar por investigadores como Newton y su teoría del prisma de color, que descompone los colores.
Pasamos por Goethe, que aparte de estar llorando todo el rato por la fugacidad de la vida y el amor por la belleza extrema en su cuarto, en penumbras y su velita, contradecía a Newton.


En su obra La teoría de los colores (1810), se tratan temas que en épocas más contemporáneas ayudarían a formar lo que conocemos como “psicología del color”, ya que aportaba una especie de borrador sobre la visión de significación simbólica a los propios colores.
-Ahora es cuando tocaría hablar de la síntesis aditiva y sustractiva, pero me voy a limitar a contextualizaros muy ligeramente diciendo que la aditiva básicamente es lo que conocemos como el modelo de color RGB (Red, green, blue); y la sustractiva es la CMYK (cian, magenta, yellow, key)- |
La psicología del color es un área de investigación relativamente nueva que expone los colores como influyentes directos sobre el ser humano, no solo elementos estéticos. Si queréis profundizar sobre esta rama de conocimiento os recomiendo los trabajos de Angela Wright, psicóloga y especialista en la materia. Esta «pro» de los colores -permitidme la licencia-, habla de la exaltación que los colores pueden tener en nuestro estado de ánimo con un montón de argumentos científicos fundamentados que -por lo menos a mí- me parecen increíbles.

A ver, la psicología del color viene a decir que «cada color tiene unos efectos que influyen en las respuestas sensoriales, emocionales y físicas» (Laura Perryman, 2021 p.35). Pero no hay que dejar de lado que los significados de los colores son meramente culturales, no universales. Es decir, el blanco, por ejemplo, representa el luto y la pureza en China, mientras aquí, en occidente, el luto se suele representar con el color negro. Es por esto que no podemos abarcar todos los significados de todos los colores, nos centraremos en los principales coetáneos en nuestra cultura, ejemplificando con diferentes fotogramas, como dije, de las películas o series que me den la gana.
-Tengo que aclarar también que dentro de cada color hay una gran variedad de tonos que también tienen su propia caracterización psicológica, así como una larga lista de combinaciones entre colores que tiran hacia un sentimiento más que hacia otro, pero eso ya para otro día, al igual que el dorado y el plateado, que creo que me pueden servir para próximas publicaciones, así que me los reservo. Siempre me da la sensación de que os doy información a medias, pero es que… sorry not sorry.-

¿A qué significados están asociados los diferentes colores?
Rojo (apasionado, adorado, poderoso) – Fue uno de los primeros colores como tal que entró a formar parte de nuestras paletas, junto con el negro y el blanco (dibujos prehistóricos en las cuevas, la sangre de nuestro cuerpo, el fuego…). Desde entonces se le han atribuido diferentes significados, casi clichés, como la dualidad entre la pasión, el amor y el peligro, la ira, la guerra, la «femenidad» y la sensualidad… Es opuesto en la escala cromática al verde (naturaleza, tranqulidad), por lo que podemos deducir que es un color activo, que nos explota en la cara cuando lo vemos. También podemos encontrar algunas teorías que acercan este color a la capacidad de “humanizar” a la máquina.


Naranja (enérgico, receptivo, vital) – En general, a este color secundario se le atribuyen características positivas, simbolizando así el entusiasmo, el sabor, la diversión, la juventud, lo social, etc. Aunque por otro lado también nos referencia al peligro, a la aridez del desierto, fuego, purificación… Como dato curioso, hay que decir que este color no tuvo un nombre concreto en inglés hasta el siglo XVI, ya que hasta entonces se hacía mención de él como geoluhread (amarillo-rojo). Su contrario es el frío azul.


Amarillo (feliz, esperanzador, utópico) – El color por excelencia del optimismo. Resulta ser uno de los colores que, al combinarlo con otros, crean diversos y dispares estados anímicos. Para autoras como Heller, este color nos traslada a la diversión, a la iluminación, amabilidad y entendimiento, pero también nos puede llevar a los celos y la envidia, a las sensaciones ácidas de la vida. Perryman añade lo siguiente: «En el mundo moderno, el amarillo es el color de los emojis, de los post-it, de los taxis y de las señales que nos alertan del peligro o de que hay que ir con precaución. Se ha convertido en un color industrializado y que puede resultar vulgar: demasiado amarillo intenso puede recargar los espacios» (Perryman, 2021, p106).


Verde (fresco, abundante, calmante) – Es uno de los colores que aporta más tranquilidad al tener contacto con él. Los tonos pálidos tienden a calmar, mientras que los más oscuros evocan a la contemplación. Por decirlo de algún modo, el verde es el color del equilibrio, por un lado pesa hacia la vida (la salud, el frescor, la fertilidad, la adolescencia), la inteligencia, y por otro hacia todo lo contrario, la putrefacción, el mal olor o lo venenoso, lo distante en cuanto a relaciones sociales. Frente a los países cristianos, de colores más activos -como el rojo-, el verde se asociaba al paganismo -celtas, por ejemplo-, y desde entonces se le puso ese yugo de lo malvado. Por eso en muchas películas podemos ver a los buenos envueltos con un valiente rojo, y el verde como un atosigante complemento de los malos.


Azul (tranquilo, divino, meditativo) – Conectado con el mundo natural. Los colores más claros tienden a la expansión y la serenidad, mientras que los más oscuros van hacia la confianza. Está relacionado con personalidades introvertidas y silenciosas, al mundo de lo onírico o a la inmensidad (el mar, el cielo). Es el color de la amistad o del descanso. A lo largo de la historia también se ha vinculado este color con la élite rica, pero también a la clase obrera; al igual que a la espiritualidad y al mundo de la ciencia (en algunas narrativas ciberpunk, por ejemplo, los colores predominantes suelen ser violetas y azules). Un dato curioso es que lo de que se asociara los ricos se dio porque, como era muy difícil conseguir este pigmento en cierto momento histórico, los artistas lo reservaban para encargos de personas ricas o ilustres.


Violeta (majestuoso, creativo, espiritual). Los tonos claros tienden más hacia la creatividad y el juego, mientras que los intensos evocan misterio y atracción. El morado se convirtió con el paso de los tiempos en un color de la realeza, propulsado por los tiempos de Cleopatra, que sirvió para que su crush, Julio César, lo asociara al color de los emperadores romanos. Actualmente podemos encontrar rastro de esto, ya que alude al estatus y al lujo, a la vez que al misticismo y la divinidad, a la consciencia pura o a lo sobrenatural, a lo mágico. También lo relacionamos con los movimientos feministas contemporáneos como símbolo de fuerza femenina.


Rosa (tranquilo, juvenil, moderno) – El color de la rebeldía y de la energía pura cuando se presenta en tonos oscuros y de la empatía en tonos más claros. A lo largo de la historia, el rosa ha pasado por varios estigmas sociales de género. Aunque antiguamente se asociaba a lo masculino, en la actualidad y desde mediados del siglo XX tiene connotaciones más femeninas -una tremenda tontería ideada por las campañas publicitarias de Estados Unidos en la posguerra-. El rosa, en carácteres más generales, evoca tanto a lo poderoso como a lo suave, «recorren todo el espectro de personalidades, asociaciaciones y sensaciones».


Blanco (puro, limpio, mínimo) y negro (misterioso, elegante, innovador)– El primero puede llegar a percibirse como algo limpio y puro, pero cuando nos exponemos a un blanco muy extenso puede resultar algo desagradable, evocando al vacío, a lo estéril; por otro lado, el segundo es el color de lo misterioso, de lo oculto; también de lo meditativo y de la elegancia o del luto.


Marrón (natural, saludable, regenerador) – El color de la tierra, viene a representar a la naturaleza y sus ciclos. También se caracteriza por tener connotaciones masculinas, severas, otoñales, frías, nostálgicas… al igual que al hermitaño, a lo feo y antipático, a la pereza, a la vejez, al pasado.


Y hasta aquí el análisis de este mes, filmlovers. Espero que, como siempre, os haya interesado, aunque sea un poco, y ya que estamos en fechas señaladas -siendo yo, como dije antes, el purito Grinch- quiero felicitaros las fiestas, que os traigan muchas cositas los Reyes Magos -los de la película no, por Dios, que si no estáis aviades-, y que os animéis a realizar rituales paganos invernales, no solo cristianos.
¡Un abrazo enorme y nos vemos en la siguiente publicación!