
¿Es o no una performance el hecho de que personas asistan a los museos con la finalidad de reproducir, que no copiar, las obras de arte de los grandes maestros y las grandes maestras que la Historia del Arte nos ha ofrecido todo este tiempo? O, acaso, estamos hablando de un meta cuadro, es decir, un cuadro dentro de un cuadro. ¿Y la gente que fotografía a la persona que está reproduciendo la obra original y a la obra que se está reproduciendo a la vez? Tenemos tres versiones diferentes del cuadro, diríamos: la original, la reproducción, y la fotografía, entonces… ¿Cómo denominamos a esto?
El artista Antonio López es conocido por instalarse en los sitios y pintar sus obras in situ. Su célebre fama le dificultó hace 11 años poder pintar en la calle con la calma y tranquilidad que él necesitaba, es por ello por lo que, tiempo después, el artista, tras la pandemia, ha decidido retomar su rutina artística y abalanzarse ante el ocaso de la ciudad madrileña y la Puerta del Sol para continuar su pintura. De nuevo, sus seguidores, turistas y demás viandantes que transitan la plaza de 19:00h a 20:30h paran, lo visualizan y lo fotografían. Por lo tanto, ¿podríamos hablar de performance? Está claro que la finalidad de Antonio López es terminar su obra con el mayor grado de satisfacción posible, pero, el hecho de que se marque una rutina horaria y geográfica en la calle puede entenderse como un elemento performático, pues, al fin y al cabo, su fin es transmitir su arte y su pintura, mientras lo crea. Desde la calle hace más cercana su obra a los demás.

Quizá muchos y muchas de los que se detienen a mirarle no sepan quién es y qué supone su arte, pero, a mi juicio, considero que el mero hecho de pausar su tarea y admirar como un señor mayor se planta durante hora y media bajo el sol veraniego de Madrid a pintar, ya ejerce consciencia artística y cultural. No obstante, esto genera interés en el espectador/a y quizá eso le haga indagar en el océano que supone internet para descubrir más información del autor o autora en cuestión. Puede que ese día conozca un nuevo artista, una nueva corriente artística – en esta ocasión el Hiperrealismo de Antonio López –. Por tanto, podríamos hablar de que la pintura y la performance están siendo gestores culturales de un público que, sin esperarlo, por cosas del destino, del aquí y ahora, se han acercado al arte.
En el siglo XIX con los pintores preimpresionistas e impresionistas, este tipo de acontecimientos era algo muy común. Los pintores transitaban las calles, los bosques, los lagos, con el objetivo de plasmar la belleza in situ de las cosas, de los lugares. La imaginación quedaba supeditada a un segundo plano y ahora, la realidad adquiría el protagonismo de la pintura. Esto supuso generar cierto interés en aquellas personas que caminaban por la calle. Además de esto, los críticos de arte y eruditos del momento podían conocer a artistas nóveles y así, añadir nuevas formas artísticas al panorama actual. Con esto surgen también los puestos ambulantes de arte con el fin comprar y vender las obras, algunas pintadas casi al instante.

¿Cuántos y cuántas de ustedes no han ido paseando por el puerto marítimo en sus vacaciones de verano y se han encontrado con alguien que realizaba retratos o caricaturas al momento en cuestión de minutos? En esta ocasión, no solo ayudaríamos a esa persona con un aporte económico para subsistir, sino que estamos favoreciendo al arte y la expresión artística de una persona, y no solo eso, sino que también estamos siendo partícipes de una performance artística en la que tu persona, tu cuerpo y tu rostro, son el elemento performático.
Ni que decir tiene que, ante personas como las citadas en líneas anteriores, deben ser tratadas con el debido respeto y, sobre todo, no acosar, o invadir su espacio vital, puesto que, están trabajando y el arte de la pintura, como cualquier otro oficio requiere de concentración, inspiración y como se dice en términos actuales y anglosajones, hay que estar en el mood adecuado para realizar tu trabajo con éxito y satisfacción. Por ello, es muy importante que si vas caminando por ejemplo, por el Museo del Prado y encuentras a personas reproduciendo una obra, o alguien por la calle pintando, esculpiendo, cantando, etc. te pares a mirarles, porque están ahí para demostrar su arte, pero no les agobies, mantén la distancia, apláudeles, admíralos, porque son unos y unas valientes. Los y las artistas agradecerán tu afecto y les impulsarás a seguir trabajando y creyendo en su arte. Al fin y al cabo lo hacen con un fin. Lo hacen para expresarse y exteriorizar sus pensamientos y lanzar un mensaje.
Así pues, lector y lectora que te encuentras al otro lado de la pantalla y que has dedicado tu tiempo en leer esto. Lánzate a la calle en busca del arte y la cultura, porque nunca sabrás donde te sorprenderá. Disfruta de él e inspírate para conseguir tus objetivos.
Telón final
The show must go on
El espectáculo debe continuar
Nicolás Gallego Fernández
La verdad es que no me suelo parar para molestar. Nunca lo había considerado una performance… A partir de ahora lo veré de otra forma