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La pasión llevada a escena. Semana Santa y teatro: una relación peculiar.

La semana del 28 de marzo al 4 de abril en España se celebró la festividad cristiana de la Semana Santa, y, aprovechando este acontecimiento, este mes la publicación de esta sección tratará sobre La Semana Santa y la teatralidad que en ella se alberga ¿Se creó la Semana Santa como espectáculo teatral? o ¿Se sirvió la Iglesia del teatro para adoctrinar a sus fieles a través de tallas e imágenes procesionales?

Este mes no vengo solo, en esta ocasión vengo acompañado por un compañero y amigo muy importante para mí, José Miguel Marín Prieto. Él es Historiador del arte, al igual que yo, pues nos conocimos gracias a ser compañeros de clase en la Universidad de Jaén. Dentro de la clase, él y yo éramos los dos únicos chicos de toda la promoción que en el año 2016 iniciaba dicha carrera, el resto eran todo mujeres, para que luego digan que no hay mujeres historiadoras del arte.

Pero a Josemi y a mí nos uniría algo más que la carrera, y esa unión se fortalecería a través de nuestros hobbies; el teatro y la semana santa. José Miguel, es un gran instruido en la materia, ha escrito y a dirigido diversas obras de teatro e incluso ha recibido algunos premios por sus guiones de teatro. Es por esto por lo que lo traigo a esta sección y en concreto a esta publicación del mes de abril.


El grupo de sevillanas Los Cantores de Híspalis en su álbum La Pasión según Andalucía en una de sus canciones describen el género teatral y la semana santa de la siguiente forma (Narración de la canción La pasión según Andalucía I: https://open.spotify.com/track/2WsSEpSyWpHviNn6pVVwygsi=fb6NcHQhSmW7gRAmnN6Hjw)  citamos textualmente:

“El único género teatral que recuerdan las crónicas de la Edad Media es el llamado drama litúrgico, que se representaba en los templos para evocar grandes festividades como la Navidad, el Corpus y la Semana Santa.

Los misterios, iniciados por fanfarrias de trompetas y tambores, pregonaban y exaltaban la Pasión de Cristo tal y como yo lo estoy haciendo en este momento de nuestra obra. Una Pasión revivida por la Iglesia en las grandes plazas públicas, paseadas posteriormente en carrozas tiradas por mulas y bueyes y acogida después por las cofradías pasionarias para escenificarla con sus hermanos.

Andalucía aún conserva curiosas muestras de estas representaciones, en su mayoría desaparecidas, que, al llegar la comedia a los corrales, las gubias imagineras fueron sustituyéndolas por escenas escultóricas para ser paseadas en procesiones de culto y penitencia sobre andas, pasos o tronos.

Porque nacieron las hermandades con sus normas y preceptos, hermanos de luz y sangre agrupados por los gremios, por órdenes religiosas, por su cuna o por su fuero, salieron en procesiones emulados del ejemplo de antiguas corporaciones que ya lo venían haciendo con cruces y devociones de penitencia y silencio.

Viacrucis y estaciones de ermitas y de conventos, procesionaron con orden la cruz de su reglamento con hábitos y antifaces y escudos sobre sus pechos, descalzos disciplinantes que se azotaban el cuerpo con punzantes rodezuelas y berduguillos de infierno.

Veracruz de San Francisco, San Agustín y los Negros, Dolores y Trinidad, Soledad y Santo Entierro, Gran Poder y Expiración, Negaciones de San Pedro, puro arte de pasión, arte puro de hombres buenos, y tú, niña Andalucía vestía de cofradía con Jesús el Nazareno”.

Desde tiempos inmemorables, el arte del teatro, el arte de la escenificación ha tenido como primordial objetivo el entretenimiento. El intento de conseguir distraer y evadir del tiempo al pueblo durante minutos, horas… fue, sigue y seguirá siendo algo realmente complicado por parte de las actrices, actores, dramaturgos y expertos en la escena. A lo largo de la historia, el teatro se ha servido de grandes escritores para conseguir que el público exhale y muestre sus sentimientos a flor de piel, reír hasta tal punto de que las lágrimas recorran y hagan surco en la piel, llorar y sentir ese dolor intenso que se respira en escena junto a los personajes, etc.

Si nos paramos a pensar y a investigar sobre este tema en concreto, no solo el entretenimiento era el objetivo que quería conseguir el arte del teatro, que también, sino que existía otro factor fundamental y con muchísima más importancia que este que hemos mencionado primero. Pero ¿A qué nos estamos refiriendo? A la didáctica, la enseñanza. Sí. El arte de la representación, desde las primeras civilizaciones como la griega hasta nuestro siglo, ha sido instrumento para enseñar lo que es difícil de comprender por parte del pueblo. No podemos olvidar que, en la antigüedad y hasta no hace muchos años, gran parte del pueblo, (centrándonos solo en nuestro país), era en su gran mayoría iletrado, analfabeto. Entonces, el teatro era una herramienta perfecta para enseñar, para que la lección entrase bien y más fácil por el ojo humano.

Y ahora os estaréis preguntando lo siguiente: ¿Qué relación existe entre el teatro y la semana santa? Pues sí, la tiene y mucho. La Semana Santa es una de las fiestas religiosas más importantes del cristianismo. La forma de celebrar esta antiquísima fiesta, sobre todo en nuestro país, es un tanto peculiar e interesante. Prácticamente, es una forma de expresar nuestra cultura, de generación a generación, sin importar si eres creyente o no. Su relación con el teatro es impresionante y de echo os lo vamos a demostrar.

Para ubicarnos en esta extraña relación, debemos de viajar en el tiempo, aunque sea brevemente. Concretamente, nos trasladamos a época moderna, al siglo XVI, siglo donde ocurrió un antes y un después en la forma de plasmar el arte (arquitectura, pintura, escultura… también en el teatro). El desencadenante que propició ese cambio fue el famoso Concilio de Trento (1545-1563), pero ¿Esto a qué se debió? En 1517, en Alemania, el fraile agustino Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg las noventa y cinco tesis con las que atacaba a la Iglesia Católica. Este hecho histórico, de gran relevancia y que marcó el antes y después en todos los ámbitos de la cristiandad, fue el inicio de la Reforma Protestante y, por lo tanto, un momento crítico para el cristianismo. Mientras que Lutero defendía la fe y la lectura de las Sagradas Escrituras, sin embargo, la Iglesia Católica se centró más en potenciar esa manifestación artística, a través de las procesiones, es decir, a través de las imágenes. Entre los años 1545 y 1563, se convocó en el mundo católico el Concilio de Trento. El catolicismo tomó diferentes medidas y objetivos frente a este movimiento reformista protestante el cual se estaba expandiendo por toda Europa central. Este concilio, concretamente en su última sesión en diciembre de 1563, determinó el papel que se fijaba a las artes en todas las comunidades reformadas. La imaginería religiosa fue admitida como un gran apoyo para la didáctica religiosa[1].

Este Concilio histórico, instruyó a todos los artistas para que siguieran a la perfección todas las normas que en él se dictaban. Las esculturas que conforman nuestra semana santa (el arte de la imaginería), fue una de las ramas artísticas más aceptadas y utilizadas en nuestro país ¿Esto por qué? Por su increíble factor de teatralidad y didáctica. La imaginería española de los siglos XVII y XVIII, será en la que más destaca el sentimiento espiritual y teatral, convirtiéndose, aún más, en un claro y transparente lenguaje de fácil entendimiento social, donde el pueblo vivía profundos sentimientos religiosos y emocionales mediante las imágenes. Estas obras escultóricas, se caracterizaban por su gran realismo, por lo que su devoción hizo que se propagaran en altares, retablos y en un nuevo espacio: los pasos procesionales, un nuevo instrumento artístico, vinculado sobre todo a la festividad litúrgica de la Semana Santa, por el cual la imaginería cobró más importancia y teatralidad, debido principalmente a su carácter aún más narrativo y difusión devocional (puesto que las tallas, gracias a estos pasos, pueden salir a la calle). Todas estas características, se vivieron dentro de un claro lenguaje y espíritu contrarreformista.

El tema de sacar las imágenes al exterior de un templo, permitía un mayor juego (en el buen sentido de la palabra), para que la escena religiosa saliera en busca del pueblo a enseñar y que el pueblo aprendiera de ella. La teatralidad en la expresión de los rostros, movimientos y composiciones de santos, cristos, vírgenes era totalmente esencial e imprescindible. Los artistas de aquel momento tenían que esforzarse en la perfección de plasmar el dolor, el sufrimiento espiritual, la tortura, el amor en estas obras en madera, para que el pueblo, al venerarlas, se conmovieran ante ellas. Por lo que, ese factor de teatralidad estaba vinculado al factor sentimental, una herramienta perfecta para la catequesis del catolicismo y su didáctica. Estas esculturas, que parecían vivientes por su gran realismo, servían también para hacer escenificaciones, como, por ejemplo: descendimientos, bendiciones, etc… ya que los brazos de estas esculturas en madera son articulados en su gran mayoría y permitía el movimiento de estos. Otra de las características más importantes en la teatralidad, por ejemplo, de los rostros era la utilización de ojos de cristal, vidrio, también cabelleras de pelo natural, para darle a la escenificación de la pasión más realismo y credibilidad. Estas características llamaban mucho la atención del pueblo.

España se vio formada por tres grandes escuelas a lo largo de todo el barroco (s.XVII-XVIII): la escuela castellana (Gregorio Fernández), la andaluza (en Sevilla Juan Martínez Montañés o Juan de Mesa y en Granada Alonso Cano, los Mena, los Mora) y la murciana (Francisco Salzillo). Este estilo tan utilizado en nuestro país en época moderna perdió fuerza en el transcurso del siglo XIX. Fue a partir del siglo XX, sobre todo tras la posguerra civil, cuando el barroco empezó a resurgir del pozo del olvido y los artistas se sirvieron de este estilo para la creación artística de la imaginería. En estos años de la posguerra, empezó a denominarse este estilo como el “Neobarroco”, es decir, el nuevo barroco. Artistas siguieron creando nuevas formas artísticas en el arte de la imaginería, basándose en modelos anteriores de los grandes artistas del barroco.

Las formas, las expresiones, los movimientos, las composiciones… aumentaron en teatralidad y con un cargado y profundo sentimiento. Son muchísimos los artistas que trabajaron en esta rama (al igual que en el barroco del XVII y del XVIII). No nos vamos a detener en todos, prácticamente por la brevedad que hay que darle a este artículo. Si nos vamos a detener en un escultor: Antonio Castillo Lastrucci (1878-1967). Este fue uno de los imagineros más importantes e influyentes en la escultura religiosa en madera. Su gran legado artístico lo dejó en Andalucía, concretamente en Sevilla. Sus obras están cargadas por las características que ya hemos mencionado anteriormente a lo largo de este artículo. Destacamos una de sus obras: el paso de Jesús de la Presentación de la Hermandad de San Benito de Sevilla. Este paso es uno de los más teatrales en cuanto a composición, rostros, gestos… de Sevilla. Todas las imágenes que conforman este paso fueron talladas por Castillo Lastrucci. Bastantes pintores, incluso directores de escena se han basado en la composición de este paso procesional para sus obras visuales. La escena de este paso de misterio representa de una forma exclusivamente teatral y realista, el pasaje evangélico en el que Cristo, en pie, es presentado al pueblo por Pilato tras haber sido azotado y coronado de espinas.

Ejemplos:

Teatro: Maranath:  La pasión de cristo[2]

El espectáculo de teatro titulado Maranatha surgió de algo tan sencillo como la conversación entre dos amigos: Manuel Moreno Méndez y Antonio Espadas Salido, quienes, a finales de 1981, ambos le propusieron a Ramón Molina escribir y narrar una obra de teatro para ser representada en la ciudad Patrimonio de la Humanidad, Úbeda. Pero una vez leído por primera vez el guion, la mayoría de la gente salió afirmando y contemplando la idea de que llevar aquella representación a escena era bastante complicado o casi imposible. Sin embargo, aquellos dos amigos no se dieron por vencidos y convencieron a Ramón para que la dirigiera y pusiera en marcha.

Tres meses más tarde, el 27 de marzo de 1982 -Día Mundial del Teatro-, a las 22:45 horas de la noche, se estrenó Maranatha con vestuario alquilado en Madrid, decorados pintados sobre papel, mínimos efectos especiales y rudimentarios artilugios para crear ambiente. Ramón Molina se convirtió además de en director teatral, en protagonista… en Jesús de Nazaret. Son más de trescientas representaciones en las que se ha recibido a público de cualquier punto geográfico de la Península Ibérica e incluso del extranjero. El teatro se ha abarrotado cada fin de semana de Cuaresma el Teatro de la Sagrada Familia de Úbeda.

Musical: 33 El Musical

Continuando os mostraremos algunos ejemplos actuales, en esta ocasión os traemos la historia del “mayor influencer” de todos los tiempos, Jesús de Nazaret. 33 El Musical[3], realizado por Toño Casado: Autor, compositor y director original, ofrece una inolvidable y colorida Jerusalén. Incluyendo momentos divertidos y emotivos de los personajes que aparece en la vida y pasión de Cristo, recogidos por la Biblia. Cabe destacar que la trama se divide en dos actos, en el primero encontramos una ciudad alegre, en la que Jesús comienza a difundir el mensaje que su padre, le había encomendado. A continuación, cuando se inicia el segundo acto, toda esta alegría desaparece. Comienzan a desencadenarse las traiciones y las conspiraciones contra el que se hacía llamar el mesías, el hijo de Dios. En este acto se desarrolla lo que popularmente se conoce como la Pasión de Cristo.

La dirección artística de este espectáculo musical corre a cargo de los escenógrafos David Pizarro y Roberto del Campo que textualmente en una entrevista dijeron: “Nuestro trabajo es contar la historia visualmente[4]”. Este montaje recibió en el 2019 el Premio a mejor escenografía en los Premios de Teatro Musical, también, recogieron otro galardón en los Premios Broadway World Spain 2019.El diseño de iluminación corre a cargo de Carlos Torrijos[5].

Ambos escenógrafos, cuentan con una extensa carrera dentro del diseño escenográfico en obras de teatro, especialmente de carácter musical. Este proyecto presenta una gran magnitud escenografía, su principal objetivo era a partir del texto encontrar los conceptos más significativos, para luego transformarlos en imágenes, para que el espectador los reconozca fácilmente.

La inspiración para elaborar esta escenografía proviene de romper con los tópicos que la propia historia del cristianismo había elaborado. De manera, que era necesario deshacerse de esos convencionalismos que todo el mundo conoce desde hace siglos. La escenografía cuenta con un gran equipo tecnológico, en el cual, realizando un teatro efímero para la obra, el escenario parece ser de madera, pero en realidad son pantallas que van cambiando de color y diseño, pero nunca pierde ese el concepto de madera. Al fondo se coloca una escalera móvil, para poder desplazarla sin problemas. Además, la escenografía de los lados cambia, en el segundo acto, transformándose en una enorme cruz luminosa.

El objetivo de esta escenografía es huir del realismo tanto de la localización como incluso un poco de los propios personajes a nivel de caracterización, maquillaje y peluquería, como de las vestiduras. Éstas son un tanto eclécticas, mezclan ropajes de la época con algunos complementos contemporáneos.

Performance: Gala Drag Queen | Las Palmas de Gran Canaria 2017[6]

En esta edición de la gala Dar Queen encontramos la representación performática de Borja salas, más conocido como Darg Sethlas, interpretando una procesión de semana santa. El inicio de su actuación lo marcaban 6 penitentes, y tras unas puertas, Borja, ataviado de Virgen, después de danzar al ritmo del play back, se oculta tras las puertas y tras abrirse de nuevo aparece con un look diverso e incrustado en una cruz, emulando a Cristo crucificado.  Esta actuación fue muy polémica en aquel momento, hubo comentarios de todo tipo – buenos y malos –, pero esa era la intención. Tanto el diseñador Nelson Rodríguez Moreno como el intérprete, buscaban desde el respeto, expresar una nueva visión del cristianismo basa en la reivindicación y el hacer pensar al espectador que viese la fantasía ¡Mi cielo! Yo no hago milagros, que sea lo que Dios quiera. Y a la vista estuvo que llamó la atención de todo el mundo y por tanto resultó vencedora en aquella Gala carnavalesca de 2007.

Como hemos podido leer, la relación entre esta festividad religiosa y el teatro es muy notable. Esta relación permite que haya y que se sirva para dar al pueblo una explicación, una catequesis, un discurso religioso, emocional, sentimental, organizado en torno a lo visual, lo auditivo, lo táctil… lo teatral. La relación de la Semana Santa con el pueblo es muy importante, porque sigue “jugando” con los sentimientos religiosos. Por lo que, la Semana Santa es como una catarsis colectiva, efecto que se produce en nuestro interior, en nuestros sentimientos cada vez que nos encontramos ante una procesión. Y es que, esta festividad está hecha por escenas teatrales y cada cofradía es una escena, como una obra distinta dentro de lo que es el gran guion, la gran obra: cada procesión tiene su propio olor, su propio sonido, distintos actores y actrices, su propio tacto, sus propias imágenes… En definitiva, la Semana de Pasión es una “gran Performance”, ya que utiliza la luz, el sonido, las imágenes, la fe, es una ópera de voces por cada balcón en cada calle estrecha… es la teatralización de los sentimientos más profundos del ser humano.

Al son del martillo del paso procesional, al tercer toque, ¡Al cielo con ella!

¡A ésta es!

José Miguel Marín Prieto

Nicolás Gallego Fernández


[1] WITTKOWER, R. Arte y Arquitectura en Italia 1600/1750. Madrid: Manuales Arte Cátedra, 1985, p. 21.

[2]http://asociacionmaranatha.blogspot.com/p/presentacion-de-la-obra-maranatha-en.html

[3] página Oficial 33 El Musical. Sinopsis: https://www.33elmusical.es/sinopsis-2  (consultado: 09/04/2021)

[4] Óp. Cit. Escenografía: https://www.33elmusical.es/tag/escenografia-3  (consultado: 09/04/2021)

[5] Óp.cit. Equipo creativo: https://www.33elmusical.es/elenco  (consultado: 09/04/2021)

[6] Performance: Gala Drag Queen | Las Palmas de Gran Canaria 2017: https://www.youtube.com/watch?v=A2OGMeyoHGM

Bibliografía

MARÍN PRIETO, J. M. Aproximación a la didáctica teatral y doctrinal en la escultura religiosa española desde los siglos del románico hasta el siglo XVIII. Trabajo Fin de Grado, Universidad de Jaén, junio, 2020, pp. 24-37.

PÉREZ SÁNCHEZ, A. E. «La escultura del siglo XVII: el Naturalismo». En SUREDA, J (Coord.). Historia del Arte Español. El siglo de Oro. El Sentimiento de lo barroco. Barcelona: Planeta, 2004.

SÁNCHEZ-MESA MARTÍN, D. El arte del barroco. Escultura, pintura y artes decorativas.(Volumen VII). Sevilla: Gever S.A, 1994.

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