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Lenguajes artísticos: La historia del tatuaje y su concepción performática

“Como forma de arte, el tatuaje es tan efímero como la vida misma. Desaparece junto con la persona que lo porta…”[1]. En este artículo en colaboración con una amiga y compañera de profesión Pilar Gómez Vílchez – Historiadora del arte –, os traemos un artículo en el cual vamos a hablar sobre tatuajes y como son concebidos como arte y performance/ritual. La ilustración es obra  de Fran Palomino, os sonará porque fue quien realizó la primera ilustración del artículo primero de esta sección de Teatro y Performance. Así pues, Fran pondrá imagen a lo que tanto Pilar y yo os contaremos en estas líneas hablando sobre cómo surgen y cómo han ido evolucionando hasta nuestros días, etc.  Profundizar en la práctica del tatuaje puede ser algo complejo y confuso, sobre todo en el mundo globalizado en el que vivimos. ¿De dónde proceden? ¿Por qué han sobrevivido hasta la actualidad? ¿Por qué se siguen rechazando? ¿Acaso no son una performance individualizada sobre nuestra piel? ¿Se acerca al body art?

Alba – Pecera (izquierda): En el lado derecho de la espalda quiero que todos los tatuajes sean bichos o plantas marinas, como si fuese una pecera. Está en proceso por falta de recursos económicos pero por ahora tengo una medusa, un alga, un goldfish, un pulpo y a Darwin.

Alba – Casi aleatorio (derecha): Esta zona es más random, basados en conceptos que me gustan. En general referencias a canciones de Evanescence

Para poder entender gran parte de estos interrogantes, es esencial indagar en el origen de esta praxis milenaria. Ötzi, también conocida como “The Iceman”, es la momia portadora de tatuajes de mayor antigüedad encontrada en Europa. A pesar de poseer más de sesenta tatuajes repartidos por todo el cuerpo, su papel no era estético. Principalmente, se basaba en propósitos místicos o medicinales. Ya podemos empezar a preguntarnos por algunas de las controversias que están vigentes en la actualidad, su uso. No obstante, realmente lo que concebimos como tatuaje y su origen se liga al continente asiático. India, China o Japón son algunas de las culturas antiguas que desarrollan esta práctica, y que fusionan no sólo lo estético, sino la fe, costumbres o incluso la organización político-social.

Del mismo modo, podemos traspasarnos hasta la cultura egipcia, con la particularidad de tener mayor representación en el sexo femenino, especialmente en mujeres de mayor rango social. Sus tatuajes ya no sólo se limitaban a formas geométricas, sino que en algunas momias, como la denominada “Momia Mágica”, ya presentaba algunas figuraciones de dioses como la diosa Hathor o incluso ojos de Horus, simbología que continúa siendo representada en la actualidad. ¿Sería casualidad que la mujer fuese portadora de un mayor número de tatuajes como embellecimiento de su cuerpo? Es un tema interesante de estudio, puesto que el cuerpo de la mujer ha sido entendido como objeto de imagen en las diferentes culturas.

Por otro lado, están presentes las míticas culturas clásicas, Grecia y Roma. Las vías de comunicación y relación entre culturas, como podría ser el comercio, entre otras, da lugar a la expansión y adquisición de estas actividades, que no dejan de estar sometidas a las reglas y hábitos de cada cultura. Esta renovación otorga un papel desfavorable al tatuaje, ya que estarán asociados, por un lado, a criminales y esclavos y, a su vez, a mercenarios de guerra, siendo las clases bajas los principales protagonistas. ¿Creéis que hoy día se ha abolido esa estigmatización en relación a las personas que portan tatuajes sobre su cuerpo?

Pilar: Body and soul, MWAH, Nefertiti, VABBÈ, Javita, no son más que un reflejo de lo que creo y forma parte de mi vida, el amor, sin el cual estaría perdida

Sin embargo, la cultura que será el nexo de unión entre occidente y oriente es Polinesia. Este grupo de pueblos indígenas fueron documentados por el capitán británico James Cook en el siglo XVIII, popularizando así la práctica entre marineros y tripulantes, de donde surgirán de igual modo motivos navales que, como ocurría con símbolos de la cultura egipcia, siguen siendo tatuados en nuestra sociedad actual.

Referir esta serie de acontecimientos no es más que una fugaz exposición de cómo se ha ido conformando este amplio mundo que presta el tatuaje. Al ser una práctica introducida de manera definitiva en Europa, la especialización no tardó en efectuarse. Es en el año 1891 cuando el neoyorquino Samuel O`Reilly ejecuta una máquina de tatuaje eléctrica, dando así lugar no sólo a una mayor adecuación de procedimiento en el cuerpo, sino que se convierte en la base de las máquinas usadas en el presente y desarrollando una profesionalización del tatuaje.

En consecuencia, este hecho no debería de quitar mérito a los diferentes soportes con los que se puede realizar un tatuaje, y teniendo en cuenta que anterior a la máquina, los tatuajes podían realizarse con diversos materiales, principalmente la aguja. Este método perdura en lo denominado como handpoke, empleado principalmente en el continente asiático, aunque cada vez es más visible en países occidentales como sería el caso de España.

De este procedimiento, nace el nombre por el cual conocemos a esta práctica: tatuaje. Etimológicamente, procede del término polinesio tau tau, haciendo referencia a golpear, marcar. De este, derivó a la palabra inglesa tattow que en nuestros días es conocida como tatto y traducida al español como tatuaje.

Este breve recorrido nos sitúa en el presente. La práctica del tatuaje se fue popularizando a lo largo del siglo XX, siendo a partir de los años 60 y 70 un boom del cual no hemos salido. Teniendo en cuenta simbología y usos anteriormente citados, consideramos no estar muy lejos de los orígenes y por tanto, ser continuadores de tradiciones ancestrales que, debido al paso del tiempo y la historia han ido adquiriendo lenguajes diversos.

Podemos deducir que el tatuaje, en nuestra sociedad actual, no deja de estar supeditado a factores externos de los cuales la población está inmersa, como podrían ser el culto a nuestra apariencia física. El cuerpo, que es el soporte original de esta praxis, pasa a estar modelado según la cultura. Este es tomado como medio de expresión, como objeto y como espacio de comunicación del sujeto. Es decir, este sujeto mezcla en una sola práctica la salud, la estética, el ocio, combinado con los diferentes usos que se le han ido otorgando con el paso del tiempo. Como hemos visto, hemos pasado de usos medicinales a usos místicos, religiosos o incluso estéticos. ¿No son estos los que se conservan en la actualidad? El cuerpo es utilizado como lienzo en blanco para emitir un mensaje, una estética. El cuerpo humano como emisor del tatuaje y como receptor del mismo. La conjugación de la tinta sobre la piel genera un contenido artístico que llevado al movimiento corpóreo emite un mensaje performático por el cual el mensaje, o ese dibujo cobra vida. El movimiento de las articulaciones ejerce sobre los tatuajes una personificación casi animada.

(Izquierda): Huile sur toile (1925) de Vassily Kandinsky. Musée National d’Art Moderne, Paris, France. Donation Nina Kandinsky 1976.

Alba – Basilio el pulpo abstracto (derecha): Este tatuaje va sobre la capacidad de adaptación, representada en el pulpo y en el arte abstracto a través del cuadro de la izquierda de Kandinsky.

Si nos limitamos a España, podemos observar todo este tipo de encasillados, tanto “positivo” como “negativo”. Si salimos a la calle y echamos un vistazo a los tatuajes tanto de mujeres  como de hombres, podemos observar patrones que se repiten e incluso son prácticamente iguales. Aquí existe un gran debate ¿nos regimos por las modas a la hora de hacernos un tatuaje igual que sucede con la moda? Por un lado, venimos de una gran herencia cultural que nos ha dejado marcada mucha de la simbología con la que convivimos o incluso la aceptación y veneración hacia otras culturas, tales como la egipcia. Pero por otro lado, se concibe el tatuaje como algo identitario y único con el cual la persona se muestra al exterior, se autodefine. Está bien tener tus propios gustos, aficiones, ¿pero acaso no somos seres sociales que formamos colectivos? ¿cómo vamos a tener gustos individuales y personalizados en un mundo tan globalizado?

A nuestro parecer, es algo imposible, es decir, cada individuo puede tener ciertos gustos, pero estos suelen tener cabida en diferentes ámbitos, ya sea el cine, la literatura, arte, etc.

Dentro de esta “exclusividad” por ser único, en los últimos años creo que se han ido perdiendo los significados trascendentales que motiven y den sentido a lo que nos marcamos en el cuerpo. El tatuaje en sí no tiene por qué tener un sentido conceptual marcado o gran sentido simbólico.  Simplemente puede ser decorativo, que se ajuste a sentidos subjetivos en la experiencia de la vida de cada persona, marcando una vez más la comunicación no verbal con el resto de individuos, tales como podrían ser la ropa, el peinado, etc. la elección debería ser libre, sin que exista una superioridad moral por no ajustarse a cánones tradicionales.

Teniendo en cuenta lo tradicional, podríamos destacar el persistente estigma que, por desgracia, sigue afectando en nuestra población. Cada vez es mayor el número de personas que poseen un tatuaje, pero se continúan juzgando si una persona con tatuajes es apta no sólo para cuestiones laborales, sino también sociales. Sigue sin ser actual, debido a que ya hemos citado algunas situaciones en donde el tatuaje era signo de exclusión, algo que ha quedado perpetuado.

En sí, el tatuaje no sólo tiene por qué ser algo permanente e individual, sino que puede estar relacionado con algunas prácticas corporales. Pintar el cuerpo ha sido y es tradición en multitud de pueblos, algo que ha trascendido hasta convertirse en categorías artísticas como el body art o performances corporales.

Carmen – Frase espalda: es una frase de Picasso que en su momento venía como anillo al dedo en mi vida. Todo comenzó porque empecé a tener parálisis del sueño y veía cosas monstruosas que me daban mucho miedo. Al final le cogí miedo a dormir y un día, investigando sobre esto cuando ya me habían diagnosticado la parálisis me encontré con la frase de Picasso y fue como una revelación para mí. De repente me estaba diciendo que todo lo que imaginábamos era real, que lo mismo que podía ser real para mí ese ser monstruosos que veía por las noches, lo podía ser cualquier cosa positiva.

Daniel – Vabbé: tatuaje realizado en grupo cuando fuimos de erasmus a Nápoles el curso 2018 – 2019. Este tatuaje lo llevamos 4 personas del grupo: Yo (Nicolás), Pilar, Carmen y Daniel. Este brazo corresponde al de Daniel.

Carmen – Margarita: este tatuaje es uno de los más importantes por lo que representa. La inmediatez y la locura. Me lo hice con una amiga (Pilar, que se hizo otro Tattoo) durante mi etapa de Erasmus en Nápoles. Fue de repente, nos encontramos con que hacían tatuajes en el momento y Pilar se animó, y entonces yo me animé con ella. Ese día Pilar me había regalado margaritas (mi flor favorita) y yo a ella girasoles(su flor favorita), así que entendí que era el momento y el tatuaje perfecto. Además, la margarita me recuerda a mi madre. Ella es florista de profesión y yo me he criado con ella entre flores, y recuerdo que por más flores que me enseñaba yo siempre le decía que la margarita era mi favorita. Hay algo salvaje y dulce a la vez en ella. Sin duda, creo que me representa.

¿Y tú? En caso de no tenerlo ya ¿Cuál sería el tatuaje que te harías y por qué? Déjanoslo en los comentarios y te leeremos.

Pilar Gómez Vílchez

Nicolás Gallego Fernández

Ilustración realizada por Fran Palomino (@fpalomino.arte)

Fotografías cedidas por Pilar Gómez Vílchez, escritora en colaboración conmigo en este artículo.

Fotografías cedidas por Alba Stark, componente de Arto y Claro y escritora de la sección de Diseño Gráfico.

Fotografías cedidas por Carmen Haro, componente de Arto y Claro y escritora de la sección de Literatura.

Fotografías cedidas por Daniel Martínez, componente de Arto y Claro y escritor de la sección de Videojuegos.

BIBLIOGRAFÍA

  • BALLÉN VALDERRAMA, Julián Esteban; CASTILLO LÓPEZ, Javier Antonio. “La práctica del tatuaje y la imagen corporal”.  Revista Iberoamericana de Psicología: Ciencia y Tecnología, nº 8, 2015.
  • CALDERÓN SILVA, Luis Gabriel. “El tatuaje como elemento simbólico”. Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Occidente, Departamento de Ciencias de la Comunicación, Santiago de Cali, 2014.
  • SCHIFFMACHER, Henk; RIEMSCHNEIDER, Burkhard. 1000 Tattoos. Reino Unido: TASCHEN, 2015.

[1]SCHIFFMACHER, Henk; RIEMSCHNEIDER, Burkhard. 1000 Tattoos. Reino Unido: TASCHEN, 2015, p. 16.

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