Muy buenas a mis gamers, nos volvemos a encontrar después de nuestras pequeñas vacaciones una vez más. Espero que os haya ido todo genial, y que así siga a partir de ahora. En el día de hoy, no voy a hacer una publicación al uso como la que suelo hacer todas las veces, sino que hoy va a ser una bastante especial: Así como un videojuego llega a su fin, mi tiempo en Arto Y Claro también ha alcanzado su última etapa – hoy he venido a despedirme.

Durante toda esta etapa de mi vida en la que he formado parte del proyecto, la he ido viviendo como un videojuego; y espero que vosotros también. Ha estado llena de caminos desafiantes, puzles que resolver, decisiones que tomar y de enemigos a los que derrotar. Juntos hemos ido construyendo y dándole forma a esta pequeña aventura, que al final ha acabado siendo un gran descubrimiento y algo de lo que sentirse orgulloso.

Cada nueva publicación se ha sentido como un logro desbloqueado, cada nuevo mes, como un nivel diferente. Cada pequeño proyecto ha sido un paso en mi propio viaje personal. Tratar los videojuegos desde esta perspectiva ha sido más que un simple entretenimiento para matar el tiempo; ha sido un reflejo de la vida, con momentos muy buenos y con otros no tanto. Con sus victorias y sus derrotas. Con ocasiones en las que sientes que nadie puede vencerte, y otras en las que hasta el más pequeño enemigo puede darte una paliza.

No puedo estar más agradecido por haber tenido esta oportunidad y haber formado parte de este proyecto, dejando mi pequeña huella y que todos hayamos crecido un poquito gracias a esto. Cada página que he escrito, cada juego que he recomendado y cada imagen que os he mostrado formará parte de una pequeña parte de mí que nunca olvidaré, y espero que de vosotros también.

Pero al final, al igual que en los videojuegos, todo llega a su fin. Me quedo con ese sabor agridulce que experimentamos al terminar un videojuego. Por un lado, te sientes satisfecho de haber superado todos los desafíos y haber llegado al final. Y por otro, esa sensación de nostalgia y pérdida, ya que eso también supone el final de la conexión que has establecido con los personajes, el mundo o la historia en sí. De que todas las horas que has estado viviendo esa aventura han llegado a su fin, y ya solo te queda un pequeño vacío que esperar llenar con alguna otra historia en un futuro.

Esto que se vive con los videojuegos, también se vive en nuestra vida cuando completamos objetivos, tomamos decisiones, o como me ha pasado a mí, cuando cambiamos de etapa en nuestro camino.

Una vez leí algo que cambió mi manera de ver las cosas y que me gustaría compartir con vosotros:

“Algún día colocarás un último bloque y no lo sabrás”

Esta frase sobre el Minecraft, yo la interpreto como la fugacidad de la vida y la importancia de apreciar cada momento. Así como en Minecraft podemos pasar horas construyendo y creando sin percatarnos del tiempo que ha pasado, en la vida real también podemos estar ocupados persiguiendo nuestros sueños, estableciendo metas y construyendo nuestro futuro.

A menudo, nos encontramos inmersos en la búsqueda de nuevas metas y objetivos, sin tomar el tiempo necesario para detenernos y apreciar todo lo que hemos logrado hasta ahora. Llegará un día en el que hayamos colocado ese último bloque, pero quizás no seamos conscientes de ello porque estábamos demasiado ocupados persiguiendo algo más. Y cuando eso ocurra, será demasiado tarde.

Por eso os invito, al igual que hice yo, a aprovechar más los pequeños momentos y disfrutar más del día a día. A no preocuparse tanto del futuro y vivir más el presente. A darse cuenta que lo importante no es llegar al final, sino vivir el camino y la aventura que nos lleva hasta él. Gracias a eso, yo sé que hoy voy a colocar mi último bloque en Arto Y Claro, y que he disfrutado de todos los que he colocado hasta ahora.  

Una vez más, gracias a todos por haber hecho esto posible y formar parte de mi último bloque. Sobre todo, a mis compañeros de equipo y a mis gamers que me habéis acompañado durante toda esta aventura y me habéis ayudado a crear todo este camino juntos.

Es hora de guardar la partida y salir, y comenzar otra nueva en un lugar diferente.  

Que la magia de los videojuegos y su capacidad para entrelazar nuestras vidas se mantengan vivas en cada uno de vosotros. No olvidéis que la verdadera aventura está más allá de la pantalla, en los lazos que tejemos y los sueños que perseguimos.

Y así, como el último nombre en la larga lista de créditos del final, me despido y os digo:

Game Over, Good Game, Well Played.

Dani.